La Federación Mundial de Musicoterapia define a la musicoterapia como la utilización de la música y de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un Musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas de la persona.

Los musicoterapeutas utilizamos la música (en vivo o editada) con ciertos objetivos terapéuticos dependiendo de cada paciente.

Cuando en la definición nos dice “utilización de la música por un musicoterapeuta calificado” nos habla de que la persona que ejerce la musicoterapia, es un profesional formado para eso. Un Musicoterapeuta.

Desde antes de nacer estamos expuestos a un entorno sonoro-musical, que nos acompaña durante toda nuestra vida, y así se va creando nuestra identidad.

La música en musicoterapia es un lenguaje que permite la expresión y comunicación, incluso de aquellas emociones o sentimientos que no podemos expresar a través del lenguaje verbal.

Diversos estudios han realizado sobre cómo la música activa diversos procesos cerebrales, que nos muestran que desde la recepción, procesamiento e interpretación musical entran en acción diversas áreas, desde aquellas que implican lo emocional hasta la motricidad y funciones superiores como la memoria, atención y comunicación.

La música tiene efectos observables en el funcionamiento del cerebro humano, los cuales son utilizados en musicoterapia para ejercer una función terapéutica.

Todo trabajo que realizamos los musicoterapeutas está dirigido a modificar las funciones de estructuras biológicas específicas del cuerpo humano. Y Dicho cambio comienza en el cerebro, ya que es el encargado de responder a nuestras emociones con cambios fisiológicos, modula nuestros movimientos, nos ayuda al aprendizaje, lenguaje, motivación y todas las acciones que llevamos a cabo todos los días de nuestra vida.

Los beneficios de un tratamiento musicoterapéutico son muchísimos, dependiendo de los objetivos con los cuales esté planteado el tratamiento. Pueden ser físicos, socio emocionales y cognitivos. Siempre con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la persona.

Realizar un tratamiento musicoterapéutico no es solo para personas con capacidades diferentes o personas que tengan alguna enfermedad neurológica. Toda aquella persona que quiera realizar un proceso terapéutico puede asistir a sesiones de musicoterapia.

Si tenés certificado de discapacidad en Argentina accedes de forma gratuita a la prestación (consultar siempre con tu prestador de obra social).

Indicado para:

• Afasias, Alzheimer, Parkinson, ACV, TEC.
• Prevención
• Gestión de estrés
• Disminución de ansiedad y agitación
• Expresión emocional
• Estimulación funciones cognitivas (memoria, atención, planificación, orientación, etc.)
• Favorecer aspectos motrices como la marcha, equilibrio y movimiento
• Facilitar la comunicación.

Lo puede indicar un médico neurólogo, psicólogos, médicos, cualquier profesional de la salud que considere apropiado el tratamiento.

No es necesario saber ejecutar un instrumento, ni saber de música para realizar un tratamiento musicoterapéutico.

Todos los seres humanos tenemos una predisposición innata a la experiencia sonoro-musical, que, por ejemplo: nos hace movernos cuando escuchamos una canción, marcar el pulso con el pie, socializar y comunicarnos con otras personas, cantar la letra de una canción que conocemos.

La recomendación de una lista de música, o un estilo particular para ciertas situaciones lejos está de ser un tratamiento musicoterapéutico.

Cuando se escucha música de fondo, o para relajarse, o para divertirse. No es musicoterapia. Esto forma parte de la utilización de la música con fines recreativos.

Las intervenciones desde Musicoterapia están dirigidas con diversos fines terapéuticos de acuerdo a las necesidades particulares de cada persona, diseñando un plan de tratamiento individualizado.

Cada sonido, cada canción que se utiliza en las sesiones es con objetivos claros teniendo en cuenta siempre la historia musical de la persona que está realizando el proceso.

La presencia del Musicoterapeuta, haciendo música en vivo, escuchando y respondiendo a las necesidades de la persona desde la experiencia sonoro-musical y desde intervenciones verbales es la clave para un tratamiento musicoterapéutico.